Juan Pedro Oriol / Buenas noticias

AutorJuan Pedro Oriol
  1. Amores, aunque falten las flores. La primera buena noticia de este día es que todos debemos llenar de amores la vida de esas personas a las que nunca podemos amar como se merecen, a quienes todo lo que les dediquemos no será suficiente, a esas personas de las que no podemos prescindir: nuestra madre, esa señora que nunca muere en nosotros, aunque su corazón haya dejado de latir. Algunos cerraremos nuestros ojos y las recordaremos en lo más hondo y, luego, elevaremos nuestra plegaria a los cielos pidiendo al Señor que un día nos permita volver a verlas y volver a acurrucarnos en sus brazos. Otros pueden decirles hoy todo lo que una madre merece y debe escuchar. Hoy tal vez falten flores, pero no pueden faltar amores.

  2. Esperanza. Otra buena noticia es que cada vez me encuentro a más gente que está cansada, tal vez hasta harta, de tantas malas noticias. Y no me refiero a esos datos del inclemente virus que ha sometido al mundo entero confinándolo y cambiando su modo de existir, datos reales que debemos conocer y que se vuelven en nada cuando se pueden encarnar en un ser querido que sufre, que agoniza, que muere... Una cosa es asumir la dura realidad que hoy nos toca enfrentar y otra muy distinta es convertir nuestra existencia en un canto desentonado que nos impide mirar al futuro con esperanza. Porque vivir sin esperanza es morir en vida. Y me parece que algunos ya empezaron a morirse, aunque no estén contagiados del Covid... Pero muchos más, lo veo cada día que pasa, quieren encontrar la luz, por débil que parezca, en medio de la oscuridad.

  3. Templos casi abiertos. Unos dicen que las iglesias están cerradas. Esta realidad no es del todo así. Más bien: los templos están por abrirse. No tengo voz de profeta, pero lo que sí tengo es una certeza que emociona: nunca había visto tanta necesidad y anhelo por volver a las iglesias. Lo piden los adultos, pero lo piden aún más los jóvenes. Lo piden los papás, pero a ellos se los piden sus hijos, esos mismos hijos a quienes les resultaba pesado cumplir el precepto del domingo, tan sólo hace unas semanas. No nos fijemos en que llevamos ya ocho domingos sin poder entrar en nuestras parroquias. Más bien, ahora nos toca esperar con emoción el anuncio del regreso.

    Se han hecho campañas y se han grabado videos pidiendo a los obispos que abran los templos. Los respeto, pero no las comparto del todo, porque me consta que los primeros que quieren abrir las...

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