Juan Pedro Oriol / Café y anfetaminas

AutorJuan Pedro Oriol

En el año 2001, el novelista irlandés Alan Glynn publicó un thriller que causó revuelo. La historia gira en torno a un escritor, Eddie Spinola, quien de buenas a primeras se da cuenta que su creatividad se ha esfumado. Sin esta herramienta su vida profesional está a punto claudicar. Pero como suele suceder, cae en sus manos una diminuta pastilla que le hará incrementar sus capacidades intelectuales y creativas. Se trata de una droga ilegal cuyo nombre es MDT-48 que hace de Eddie un hombre poderoso y maravilloso; nada menos que un Rey Midas moderno. Y mientras la historia va tomando cuerpo, lo que para Eddie llegó a ser su más grande sueño se irá convirtiendo en la peor de sus pesadillas.

Hollywood vio en la novela de Glynn el guión ideal para un largometraje. Y precisamente hace unos meses se estrenó la película "Limitless" (Sin límites) basada en la historia de Eddie y la MDT-48. Quizá este technotriller, como se le ha catalogado, haya resultado para quienes lo hayan visto algo totalmente alejado de la realidad, cuando en realidad no lo está tanto.

Hace unos días, en España fue noticia el problema de salud pública que ya causa estragos en otros países europeos y latinoamericanos como Brasil y Chile. Estudiantes universitarios, con el ferviente deseo de ser los mejores de su clase y de titularse con toda clase de honores, están poniendo en práctica la misma táctica narrada por Glynn en su novela: conseguir en el mercado negro de drogas ilícitas metanfetaminas y otras sustancias recreativas que les favorecen determinantemente en su rendimiento físico e intelectual. Píldoras que ayudan a pasar noches enteras sin dormir, que los universitarios dedican a repasar sus notas, estudiarlas y también memorizar libros enteros, creyendo que esta práctica es noble porque busca un fin también noble.

Esta realidad resulta preocupante, mucho más ahora que están saliendo a flote grupos defensores del uso actual y futuro desarrollo de estos nootrópicos o drogas inteligentes, identificadas desde inicios de los años setenta. Quienes buscan despenalizar su consumo apelan a dos argumentos. El primero: que es responsabilidad de cada quién optar por utilizarlas o no y correr riesgos, así como quien fuma o ingiere bebidas alcohólicas. El segundo: que los efectos adversos que producen esta clase de drogas irán siendo menores con el paso del tiempo, pues así...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR