Juan Pedro Oriol / Casinos y vicios

AutorJuan Pedro Oriol

Muy unido a nuestros hermanos en Chile, quería comentar un tema interesante y local el día de hoy.

Según el Consejo Estatal Contra las Adicciones en Jalisco (CECAJ), en México no existen cifras sobre personas adictas a los juegos de azar. Tan sólo en Estados Unidos se estima que hay hasta 9 millones de ludópatas; pero aquí en México, o aún más en Guadalajara, no se tienen aún registros porque hasta la fecha ninguna persona se considera adicta a este vicio, que aunque carezca de registros ya es un punto rojo. Y los puntos rojos se deben atender a tiempo, so pena de lamentaciones posteriores.

Como dice la voz de la sabiduría popular, una cosa lleva a la otra. Y es el pensamiento con el que siempre cierro mis conversaciones con los jóvenes, especialmente con aquellos que se acercan a platicarme sus rollos, como ellos le llaman a ese montón de problemas que los agobian.

Curiosamente, en los últimos meses he registrado una palabra que ya exhibe su hablar coloquial, y que la pronuncian en plural: las maquinitas. Me di cuenta que visitar los casinos, esos que comienzan a pulular por la ciudad, se está convirtiendo en una de sus actividades preferidas. Y que si muchos de ellos comenzaron a visitarlos más por curiosidad que por otra cosa, desgraciadamente ya conozco a quienes tarde con tarde no salen de allí.

Esta última semana, MURAL publicó en varias ocasiones notas referentes a la propagación sin regulación de casinos por toda Guadalajara. Estos centros de apuesta operan con licencia municipal de restaurante con venta de cerveza o vinos y licores. Y el único pago que tienen que hacer es de la mínima cantidad de 273 pesos por maquinita cada año. Es un negocio jugoso, es verdad, y tanto que allí está la prueba en su crecimiento.

Pero así como crecen sus ganancias también se engrosan las cifras de personas adictas a este vicio que está llevando a muchos a gastar su salario, hipotecar bienes, pedir dinero prestado o hasta cometer actos delictivos. Y ante este incipiente problema, nadie está haciendo nada. Al menos en Estados Unidos y en ciudades como Las Vegas, el dinero recaudado por los impuestos que paga cada maquinita va dirigido a programas de prevención y tratamientos de la adicción. Aquí alguien propuso hacer lo mismo, incluso distribuir panfletos con información sobre la ludopatía, pero la propuesta se quedó bailando en el aire. En México, los casinos no están obligados a poner un peso en tratamiento o prevención.

La adicción al juego es una...

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