Juan Pedro Oriol / El mundo del deporte

AutorJuan Pedro Oriol

Vino "El Canelo" Álvarez a misa el domingo pasado. Buen muchacho. Sencillo, alegre y piadoso. Si se ve fiero en el ring, se ve sencillo e inocente en la primera banca en la parroquia, durante la misa de los jóvenes. Al salir, se organizó un pequeño caos en los jardines de la parroquia... Y me puse a pensar que el deporte es un fenómeno social hoy, influyente, como ningún otro, en la cultura popular.

Moviliza a las masas de manera única, atrae la atención de los medios de comunicación y genera estratosféricas cantidades de dinero anualmente, beneficiando directamente al deportista e indirectamente a un sinfín de organizaciones y personas.

Sí, estratosféricas. Simplemente unas cifras: en septiembre, la pelea entre Mayweather y mi buen feligrés, "El Canelo", generó 150 millones de dólares. De no creerse.

Según la revista Forbes, el deporte en Estados Unidos genera cada año unos 223 mil millones de dólares. En el Súper Bowl, un comercial en televisión con duración de apenas 30 segundos llega a costar 2.5 millones de dólares.

Ahora que todos están felices porque el Tri clasificó para el Mundial, televisoras, clubes, organizaciones y la misma Federación Mexicana de Futbol dieron un respiro. Si México no hubiese clasificado, el costo habría sido altísimo: cuatro años de trabajo tirados a la basura, y lo peor, la industria del futbol mexicano dejaría de ganar, según fuentes oficiales, nada más y nada menos que 600 millones de dólares, como afirman los expertos analistas en economía y sociología del deporte de ESPN.

Esta semana, el tema del deporte acaparó micrófonos y reflectores en El Vaticano.

Al recibir en audiencia a los delegados de los Comités Olímpicos Europeos, el Papa Francisco advirtió que si prevalece un afán desmedido del dinero y la búsqueda del triunfo a toda costa, se corre el riesgo de reducir a los atletas a mercancía:

"Cuando el deporte se considera sólo según los parámetros económicos o para lograr la victoria, se puede reducir a los atletas a mera mercancía de la que hay que sacar provecho. Así, los mismos atletas entran en un mecanismo que los atropella, pierden el verdadero significado de sus actividades, aquella alegría de jugar que los atrajo cuando eran chicos y que los ha llevado a hacer...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR