Juan Pedro Oriol / El Papa y los jóvenes en Panamá

AutorJuan Pedro Oriol

Desde 1983, Panamá no recibía la visita de un Sumo Pontífice. Juan Pablo II era el único que había visitado este país de América Central como parte de una peregrinación en la que recorrió siete países. Después de 36 años, llega Francisco con su viaje apostólico número 38 en el marco de la 34 Jornada Mundial de la Juventud, la gran fiesta de los jóvenes católicos del mundo que se llevó a cabo del martes 22 al domingo 27 de enero.

Mientras el Papa realizaba un recorrido desde el Aeropuerto Internacional de Tocumen hasta la Nunciatura Apostólica, un hecho conmovedor fue captado por el lente de una cámara. De entre la multitud que le salía al paso al papamóvil, apareció un joven panameño de 17 años, Lucas Henríquez, alzado por sus amigos en una silla de ruedas. Francisco lo vio a lo lejos y con su gran sonrisa le dio la bendición. La foto rápidamente se hizo viral. Y con las horas se convirtió en la imagen del viaje.

"He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu Palabra". Estas hermosas palabras de María fueron el lema de la Jornada. El Papa no desaprovechó ninguna oportunidad frente a los micrófonos y ofreció a los jóvenes un sinfín de claves para vivir su fe en el mundo de hoy.

Desde su primera aparición, Francisco envió un mensaje claro a los cerca de 200 mil jóvenes reunidos en Campo Santa María la Antigua: "Ustedes no son el mañana ni el mientras tanto; ustedes son el ahora y el presente". Allí mismo, el viernes 25, el Papa presidió el rezo del Vía Crucis. Los medios aseguran que fueron más de 200 mil los peregrinos y reconocen que fue uno de los momentos más emotivos por su carácter reflexivo y de oración. La defensa de la vida, los migrantes y refugiados, las vocaciones, los derechos humanos, las víctimas del terrorismo y la soledad en la que viven millones de personas fueron los temas por los que se elevaron miles de oraciones al cielo. Sin embargo, el tema de los jóvenes fue el recurrente: "El viacrucis de tu Hijo, Padre, se prolonga en jóvenes con rostros fruncidos que perdieron la capacidad de soñar, de crear, de inventar...

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