Juan Pedro Oriol / ¿Qué pasa en México?

AutorJuan Pedro Oriol

En México, la violencia sigue rebasando a las autoridades. Una cifra impresiona: según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los homicidios con dolo se han cuadruplicado en los 10 años.

Pero ahí no queda todo. Los secuestros con violencia a nivel nacional han presentado un alza considerable desde 2007, casi 18 por ciento anual. En abril de este año, se batieron todos los récords: 55.7 víctimas de homicidio al día.

Es cierto que entre 2012 y 2014 la tendencia fue a la baja, pero incluso allí estuvo por encima de la tasa más alta de los años noventa.

De acuerdo con el Índice Global de Paz presentado por el Institute for Economics and Peace, México es el segundo país más violento de toda América y aparecen en el lugar 140 de los países pacíficos, el peor lugar de toda la región. Qué tristeza...

Esta situación se ha deteriorado en las últimas décadas por causas y razones que todos conocemos. Las dimensiones que ha adquirido la violencia en México no tienen precedente.

Nos preguntamos, por citar un ejemplo reciente que ha dado la vuelta a la prensa internacional en deterioro de la imagen de nuestro País: ¿qué mal podía hacer una mujer como María Villar Galaz, secuestrada en un cajero en la CDMX y asesinada a sangre fría en la capital aun cuando se pagó su rescate?

Y ahora, la violencia en México apunta también a la Iglesia. Hoy hace ocho días en Poza Rica, los sacerdotes de la Diócesis de Papantla, Veracruz, Alejo Nabor Jiménez y José Alfredo Suárez de la Cruz, fueron asesinados.

Y entristece escuchar versiones distorsionadas que empezaron a correr en cuanto se supo la noticia, con el único fin de confundir y hacer daño.

De acuerdo con los reportes de la Fiscalía de Veracruz, un grupo armado ingresó a la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima, privó de la libertad a los sacerdotes y a una persona más. A los religiosos los asesinaron, el Padre Alejo recibió 9 disparos. Los delincuentes robaron 5 mil pesos de las limosnas y dos camionetas. Luis Ángel Bravo, Fiscal general del Estado, ya dijo que no fue un pleito de borrachos ni tampoco un ajuste de cuentas de la delincuencia organizada.

Sin reponernos de esta triste noticia, el Cardenal de Morelia, Alberto...

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