Juan Pedro Oriol / Pena de muerte

AutorJuan Pedro Oriol

El caso de Edgar Tamayo nos ha calado a todos. Edgar fue ejecutado esta semana y su ejecución ha vuelto a abrir el debate sobre la pena de muerte en Estados Unidos y en el mundo entero.

Tras este lamentable suceso, suman ya tres los mexicanos cuyos casos debieron revisarse antes de cumplir la sentencia de pena de muerte para establecer si la falta de apoyo consular fue determinante en su proceso. A pesar de que Tamayo tenía el amparo de derecho internacional que ordenaba la revisión del caso por diversas irregularidades y su defensa siempre argumentó que era un hombre enfermo, el morelense recibió la inyección letal en Texas el pasado miércoles, después de 20 años de prisión.

Como suele suceder, en el aire han quedado opiniones variadas y versiones diferentes. En 1994, Edgar fue detenido por un policía, esposado y metido a una patrulla luego de que el amigo con el que regresaba de una fiesta perpetrara presuntamente un robo contra un ciudadano estadounidense. El policía hizo una parada y al regresar al vehículo recibió tres disparos por la espalda. El arma utilizada en el asesinato fue encontrada al interior de la patrulla pero sin huella dactilares de Tamayo ni de su amigo. Luego, a Tamayo se le aplicó la prueba de Harrison para detectar residuos explosivos, que resultó negativa.

Tamayo no recibió asesoría consular. No dominaba el inglés. Organizaciones civiles, la Corte Internacional de Justicia y el gobierno de México a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores solicitaron a la Corte de Apelaciones Criminales de Texas suspender la ejecución y alcanzar el perdón, pero nada se pudo lograr en tantos años; jamás se obtuvo una respuesta satisfactoria. Y ahora, la indignación en México se ha vuelto asunto nacional.

A raíz de todo este tema que nunca ha dejado de ser actual, y dejando de lado los puntos de vista de las sociedades, de la ley y la justicia, ¿aprueba la Iglesia la pena de muerte?

Tanto en su doctrina como en sus numerosas intervenciones oficiales cuando se toca el tema, la Iglesia no fomenta de una manera oficial la pena de muerte, pero tampoco la excluye tácitamente cuando ésta podría ser la única solución para...

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