Juan Ciudadano/ La salud de Kennedy

AutorJuan Ciudadano

"El secreto nos salvó", pudiera ser la conclusión de los estadounidenses que, a 40 años de distancia, se están enterando del estado de salud del entonces Presidente John F. Kennedy cuando enfrentó uno de los momentos históricos más delicados del siglo 20: la crisis de los misiles en Cuba.

Gracias a la investigación del historiador Robert Dallek, en archivos que hasta hace unos meses permanecían cerrados, sabemos que el polémico ex Presidente estadounidense, de manera simultánea a la crisis internacional de los misiles, enfrentaba en su propio cuerpo osteoporosis, la enfermedad de Addison, colitis, diarrea crónica, infecciones urinarias y otros males para los cuales tenía que tomar esteroides, analgésicos, estimulantes, medicina para la ansiedad y de siete a ocho inyecciones de procaína en la espalda.

¿Quién hubiera votado por alguien que, como ahora se sabe, vivió bajo observación médica toda su vida, un Presidente que pudo entrar a la Marina gracias a que las influencias de su padre le ayudaron a eludir la obligación de tomar los exámenes médicos para ello?

El libro del historiador Dallek, que está por salir, ha generado interesantes discusiones sobre el valor público de la información sobre la vida privada de un hombre de Estado, en este caso, la del Mandatario de la primera potencia mundial.

Las posturas alrededor tema varían.

Para algunos, hay una lección sobre la enorme brecha entre las percepciones y la realidad de los personajes públicos.

Casos como el de Kennedy, se argumenta, deberían mover a los electores a exigir más información sobre quienes aspiran a un puesto público.

Se trata de promover que, voluntariamente -pero orillados por la demanda ciudadana-, los candidatos a cargos públicos autoricen a sus doctores a poner al acceso la información sobre su salud.

Para otros, la información recientemente revelada por el historiador es prueba de que las enfermedades y el sufrimiento físico no son limitantes para llevar con responsabilidad -e, incluso, con heroísmo- las altas responsabilidades del Estado y, por lo tanto, no es información indispensable para los electores.

La polémica no necesariamente se resuelve en blanco o negro. Ciertamente, la salud es un asunto privado, aun y cuando se trate del Presidente de Estados Unidos.

A 39 años de fallecido, sin embargo, la información sobre la salud del ex Presidente Kennedy tiene un valor para la sociedad. Sobre todo si tomamos en cuenta que la historia es un bien público que se nutre de...

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