Juan Villoro / En Corea

AutorJuan Villoro

Construido en 1395, el Palacio Real de Seúl ha sido afectado por el tiempo y su sombra activa, la historia. Los japoneses lo incendiaron en el siglo 16 y fue restaurado en 1865. Un documento de ese año informa que al fondo del estanque se depositaron dos dragones de bronce.

La historia de los animales sumergidos se convirtió en una leyenda. ¿En verdad había piezas tan valiosas bajo el agua? Sin embargo, no hay que desconfiar de los informes coreanos.

La corte tenía escribanos que vigilaban al rey. No firmaban sus reportes para garantizar la objetividad. Lo que hoy en día es WikiLeaks entonces era el claro espejo del poder. Aquella noticia debía ser cierta.

Sobre todo, no hay que desconfiar de la capacidad de recuperación de Corea. En noviembre de 1997 el estanque fue restaurado: ahí estaban los dragones.

Invadida por China, Mongolia y Japón, Corea del Sur ha mostrado excepcional voluntad de resistencia. Apenas en 1953 concluyó su guerra con Corea del Norte. Se calcula que Corea del Norte perdió unos 2 millones 700 mil habitantes y Corea del Sur 2 millones.

En menos de 60 años Seúl se ha convertido en la extraña ciudad que contemplé por primera vez hace unos días, desde un décimo piso, con la mirada enrarecida por 14 horas de diferencia: vi un bosque de rascacielos sumidos en la niebla, insólitos talismanes de una edad futura.

El dinamismo de Corea se comprueba fácilmente: la expresión más escuchada es "pali-pali" ("rápido-rápido"), un almuerzo copioso (no hay de otros) dura de 20 a 30 minutos y los Diablos Rojos de la selección nacional atacan sin menor interés de retener el balón.

Buena parte de la energía coreana viene de las penurias de la guerra: precariedad trascendida en supervivencia.

Cincuenta millones de coreanos tienen prisa por pasarla bien. Las reglas del juego son claras: honestidad, respeto, competitividad. El taekwondo como principio social.

Constituir legalmente una empresa tarda un máximo de tres semanas y la burocracia, principal freno de la experiencia humana, es combatida de modos inventivos. En 2004 la compañía LG ofreció un trueque a su división de investigaciones: eliminar los reportes de trabajo y la elaboración de presupuestos a cambio de producir un invento al año. De ahí salió el teléfono celular Etiqueta Negra, que vendió 21 millones de ejemplares.

Pero Corea del Sur no es solo la tierra de Samsung, Hyundai y LG, sino de un sinfín de negocios individuales. Un detalle revelador: las cadenas no dominan las...

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