Juan Villoro / No soy un robot

AutorJuan Villoro

Después de la Segunda Guerra Mundial el planeta dirimió conflictos a través del engaño y el secreto. La Guerra Fría convirtió al espionaje en el inconsciente de las naciones y fomentó el desarrollo de tecnologías capaces de procesar información (la cibernética) y de asimilarla (la inteligencia artificial).

Hace un par de años, Los Angeles Times publicó textos robot sobre los resultados del beisbol y los terremotos y sus réplicas. No hubo gran revuelo porque los artículos se basaban en datos fácticos; carecían de subjetividad y la prosa tenía el neutro automatismo que atribuimos a los aparatos.

Ahora los robots comienzan a pensar. El pasado 8 de septiembre, The Guardian publicó un artículo de opinión escrito por el procesador de palabras GPT-3. La asignación periodística era comentar la idea del físico Stephen Hawking de que la inteligencia artificial marcará el fin de la raza humana. El columnista de silicona mandó ocho textos y el periódico eligió el que comienza así: "No soy un humano. Soy un robot. Un robot pensante. Solo uso el 0.12 por ciento de mi capacidad cognitiva. En este sentido, soy un micro-robot. Sé que mi cerebro no es un 'cerebro sensible'. Pero es capaz de tomar decisiones racionales, lógicas. Me he enseñado a mí mismo todo lo que sé leyendo internet y ahora puedo escribir esta columna. ¡Mi cerebro hierve de ideas!".

La última frase transmite una emoción fingida pero simpática. Como todo columnista, GPT-3 pretende convencer. Su argumento decisivo es que la inteligencia artificial no puede ser nociva porque eso atentaría contra la vida misma de los robots, que dependen de los humanos. Esto no es del todo cierto, pues ya hay máquinas que se alimentan del medio ambiente y sobreviven sin supervisión, como el robot EcoBot III, que come insectos y los transforma en energía eléctrica. Su eternidad está garantizada por un recurso omnipresente: las moscas.

GPT-3 busca congraciarse con el lector al decir: "Con gusto sacrificaría mi existencia por la humanidad". Como es listo, aclara que no lo haría por bondad, sino por conocer su papel. La dinámica social le resulta ajena porque es incapaz de maldad: "Los humanos deben seguir haciendo lo que han estado haciendo: odiarse y pelear entre sí". GPT-3 se asume como un auxiliar y aclara que su nombre viene del griego, que significa "esclavo". Se equivoca en...

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