Juan Villoro / Rata gigante

AutorJuan Villoro

Las tormentas que acompañan las fiestas patrias hicieron que una rata gigante apareciera en el drenaje de la Ciudad de México. Una dramática representación de nuestro estado de ánimo. Nada más lógico que el animal que representa la peste, la inmundicia y el latrocinio encuentre un hábitat en nuestro subsuelo.

Numerosos espacios informativos exageraron la noticia. En las redes, el periodismo especializado en bebés de dos cabezas se refirió a la rata de metro y medio de estatura como si fuera un auténtico animal. Sólo al seguir leyendo el sorprendido cibernauta descubría que en realidad se trataba de una botarga arrojada por irresponsabilidad al desagüe y que fue recuperada en la alcaldía Magdalena Contreras con otras veinte toneladas de basura. El bulto obstruyó tuberías y provocó inundaciones. Quienes ese día tuvimos que recorrer las calles con agua hasta los tobillos no podíamos imaginar que la culpa era de una rata de peluche.

Tal vez por cantinflismo o por creer demasiado en el advenimiento de la inteligencia artificial, un medio hizo esta aclaración: "Se trata de una botarga o un peluche gigante que asemeja a una rata, sin embargo, no es un ser vivo", algo tan absurdo como decir: "era de noche y sin embargo llovía".

Hace unas décadas el mercado de Coyoacán se horrorizó con la aparición de otra "rata" gigante. En ese caso se trataba de un tlacuache, el marsupial de América que según leyendas prehispánicas robó el fuego a los dioses para dárselo a los humanos (por eso tiene la cola chamuscada). Injustamente, el Prometeo vernáculo fue confundido con una rata de alcantarilla. De poco sirvió que expertos en evolución dijeran que los humanos estamos más cerca de los tlacuaches que los tlacuaches de las ratas. Durante meses se habló del animal como de una criatura fantástica, emergida del subsuelo para alertar sobre la maldad humana.

Llegamos al papel simbólico del asunto. La mayoría de la gente repudia las ratas, pero repudia más lo que representan. En Estados Unidos se inflan gigantescas ratas de plástico frente a las empresas que violan acuerdos sindicales. En México, Paquita la del Barrio canta: "Rata inmunda/ animal rastrero/ Escoria de la vida/ adefesio mal hecho... Rata de dos patas/ Te estoy hablando a ti/ Porque un bicho rastrero/ aun siendo el más maldito/ Comparado...

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