Juan Villoro / Vuelve Salinas

AutorJuan Villoro

Hace unos años el ex Presidente Carlos Salinas hubiera podido recorrer sin problemas el País, a condición de que llevara puesta... ¡una máscara de Carlos Salinas! En la dramaturgia de la política nacional, encarna al Mandatario con más alto índice de aceptación que acabó convertido en pícaros productos de la economía informal: el hombre que casi fue rey se transformó en piñata, vampiro de peluche, chupacabras y máscara de hule.

Durante la gestión de Zedillo y la primera parte del mandato de Fox, Salinas optó por el exilio político. Ahora el profeta del liberalismo social ha regresado, y su presencia no acaba de encontrar acomodo. Hace unos días, la conductora de un noticiero radiofónico preguntaba con alarma: "¿Quién le permitió regresar? ¿Hubo un pacto con Fox?" La comentarista hablaba como si hubiera una orden de busca y captura y el retorno al País sólo pudiera venir de un indulto presidencial. En contraste, algunos columnistas se han referido a la necesidad de oír a Salinas sin temerle a su inteligencia para saber lo que puede decir como estadista. Este entusiasmo pasa por alto un asunto central: Salinas no regresa a proponer un País sino a apoyar el que ya propone Roberto Madrazo.

El dignatario que hizo la huelga de hambre más breve en la historia del ayuno político no estaba proscrito del País ni hacía demasiada falta. Asustarse con su presencia es algo tan absurdo como celebrar las contribuciones que podría hacer a la república que dejó en bancarrota (o, como él prefiere verlo, en una bonanza sostenida por alfileres). Una cosa es cierta: ha vuelto a situarse como personaje mediático. En sus tiempos de Presidente, Salinas comentó que, para que una frase suya llegara a la primera plana de los periódicos, tenía que decirla ocho veces. Ahora basta que diga algo una vez para situarse en primera plana. ¿Significa esto que dispone de mayor credibilidad? En modo alguno. El capital discursivo de Salinas depende de la nueva realidad de los medios. Si en tiempos del autoritarismo priista el periodista trataba de adivinar las decisiones que se tomaban en "lo oscurito" al modo de un oráculo, hoy en día la información depende de la energía de las declaraciones contradictorias. La transparencia noticiosa nos ha colocado en una merienda donde todos se arrebatan la palabra. Más que hechos, se cubren opiniones, o más bien opiniones sobre opiniones. En este ámbito, el periodista independiente le demuestra al declarante que lo que dice está en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR