Desde mi Ladera / Biografía Tapatía

AutorJuan López

De las alcaldías...

De que la vida de nuestros tatarabuelos no era paz y dulzura, no hay la menor de las dudas, pues, cuando menos lo suponían las placas tectónicas de las tribus indígenas que trepidaban y oscilaban a tal grado, que los temblores llegaron a ser de magnitudes incalculables; los indios, con el eterno cuento de que son ignorantes y de que siempre han sido víctimas de los blancos traen el rencor en lo más profundo de sus entrañas y, el día que menos se espera, ese rencor explota y sólo Dios sabe lo que puede suceder.

Por eso lo más fácil es leer lo siguiente: En estas provincias, sujetas todas al Gobierno de Sinaloa, hay varias Alcaldías mayores y corregimientos, como son el Fuerte, Río Chico, Rosario, Culiacán, Alamos y otros, que comprenden hasta 15 reales de minas, y más de 100 pueblos, si bien los más han tenido el nombre de pueblos, por las iglesias fabricadas a continuación de las casas que tienen los padres misioneros, que todos son de La Compañía de Jesús.

El mayor número de indios ha vivido esparcido en los montes, y a solicitud de dichos padres de La Compañía de Jesús, sólo ocurren a la doctrina los que quieren y cuando les parece, causa porque se comunican con los gentiles, y aunque de esta comunicación suele resultar la conversión de algunos, también resulta la apostasía de otros, como vimos en estos años antecedentes y aún en el presente de 1741; todavía se está entendiendo en el castigo de la sublevación de los indios mayos, yaquis y otras naciones que causaron grandes hostilidades en toda la provincia, destruyendo los ganados, las haciendas y quitando las vidas a habitadores de ellas de ambos sexos, y obligando a salirse y presidiarse en el fuerte de Alamos y Sinaloa, quedando toda la tierra despoblada y al arbitrio de los enemigos; y viéndose en tal conflicto, fue necesario que Don Bartolomé de Yerena, Alcalde mayor del Rosario, sácase gente para socorrer a los sitiados, y lo mismo hizo el Gobernador de la Nueva Vizcaya.

Mas como los cabecillas principales, que era Juan Ignacio Usacamea Muni y Bernardo Felipe Bacoritemea, de la nación de yaquis, temiesen el vencimiento, arbitraron...

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