Desde mi Ladera / Biografía Tapatía

AutorJuan López

La Catedral de Guadalajara...

La verdad de las verdades es que, a fuerza de vernos y de tanto vernos al espejo todos los días, hemos perdido el sentido de la dimensión y no nos damos cuenta si adelgazamos o engordamos, si rejuvenecemos o envejecemos; en otras palabras, perdemos el sentido de los saltos apresados en las garras de la continuidad.

Lo mismo nos sucede con las ciudades en donde vivimos; a fuerza de verlas a diario, no nos damos cuenta si crecen o se estacionan y si se construyen sobrepesos o bajo pisos, si ponen más calles o quitan las que ya estaban; también en las ciudades, como en nuestro rostro, perdemos el sentido de la dimensión y del cambio.

Apoyado en las reflexiones anteriores, lo que nunca cambiará y siempre de los siempres será como lo que es, un símbolo, es la Catedral de Guadalajara y más que la misma catedral, sus torres, son a no dudarlo, el símbolo más característico de nuestra ciudad capital; esos alcatraces al revés son las siluetas que distinguen a nuestra comunidad; no ha faltado quien sostenga que nuestra catedral es fea, pero que más feas son sus famosas torres; se cuenta que en cierta oportunidad un ofrecido, de esos que hay tantos y que por donde quiera brotan como mala yerba, se acercó con el ilustre e lustrado Arzobispo doctor y maestro don Francisco Orozco y Jiménez y le propuso, con toda la seriedad del mundo, que ordenara tumbar las tan feas torres de catedral y que las sustituyera por otras de mejor factura y superior estética.

Don Francisco escuchó con atención la petición del torricida y con toda tranquilidad le respondió:

- Mire, usted: le agradezco mucho su consejo, pero, sucede que las torres de nuestra Santa Iglesia Catedral Basílica, son como los sacramentos.

- ¿Cómo, ilustrísimo señor?

- Los santos sacramentos imprimen carácter+otro tanto ha sucedido con las torres de nuestra Santa Catedral, y han impreso carácter a nuestro suelo y a nuestro cielo.

Por mi parte he de decir que a mí me gusta mucho ver Catedral como a eso de las seis de la tarde, esto es, cuando el sol del poniente golpea con toda su fuerza las doradas canteras de la Experiencia, con las que está chapeada la fachada de la renombrada iglesia; a...

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