Legado en piedra

AutorRebeca Pérez Vega

El martillo y el cincel suenan sin descanso. Con paciencia, mucha precisión y talento, los bloques de piedra de basalto dejan de ser amorfos y poco a poco toman nuevas estructuras en las manos de los hermanos Rodríguez Cocula.

Jesús (40), Guifredo (36) y Adrián (34) buscan afirmar el legado familiar. Los tres siguieron el oficio de su padre, Jesús Rodríguez Landino, aunque el camino ha sido complejo.

"Somos apenas la segunda generación que sigue esta tradición, de mi papá aprendimos y decidimos seguir la dinastía. Mi papá llegó aquí, conoció a mi mamá, se casó y aprendió el oficio de un amigo, nosotros seguimos con la tradición aunque ha sido muy complicado.

"Este es un negocio que cuesta mucho trabajo, te tienes que enseñar a hacer de todo, ser diseñador, a vender, administrar, se nos ha complicado, pero no hemos dejado de buscar, de seguir aprendiendo, es lo que nos ha ayudado a crecer", relata Adrián, el más joven.

Ahora son maestros en el tallado de piedra, con una aportación innovadora a la tradición. Han buscado nuevas formas para la artesanía, han renovado sus trazos para darle un vuelco contemporáneo a sus piezas, que ya se ha visto en distintos escaparates de México, Estados Unidos, Alemania y han participado en distintas ferias de diseño.

TRADICIÓN E INNOVACIÓN

Los artesanos viven y trabajan en San Lucas Evangelista, una pequeña comunidad de la Ribera de Cajititlán, en Tlajomulco. La zona es rica en el labrado, gracias a la piedra que se extrae del Cerro Viejo, desde hace mucho tiempo.

"Todo empieza con la extracción de la piedra, después se hacen bloques más pequeños para hacer terminados con máquina o mano. Nosotros desde hace un par de años utilizamos maquinaria para que no haya merma de material, antes con el corte de las piezas a mano había pérdida de hasta 50 por ciento, ahora se utiliza casi todo, sacamos provecho y usamos bloques que no tenían uso.

"Nosotros seguimos usando el martillo y el cincel, el corazón de la artesanía está en la precisión manual, pero para hacer ciertos cortes necesitamos máquinas, somos conscientes de que el material puede agotarse, queremos cuidarlo lo más posible", relata Jesús.

La tradición en el pueblo ha sido cincelar molcajetes y metates, figuras religiosas y esculturas prehispánicas, pero los Rodríguez Cocula han ido más allá con sus diseños: han identificado cada una de las propiedades de la piedra, desde la porosidad, la dureza y la resistencia, para adaptar sus diseños que incluyen...

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