Cuando todo se lo llevan a la boca

AutorMaría Silva

A veces lo que parece más pequeño e insignificante puede provocar el problema más grande.

Cacahuates, maíz, cuentas de collar o ábaco, canicas, semillas, seguros, alfileres o monedas, entre otros, causan miles de muertes por asfixia anualmente, entre los 13 meses y 5 años.

Es usual que, por curiosidad, los niños introduzcan cuerpos extraños en su boca, nariz y oídos, sobre todo en las primeras etapas de su vida cuando aún no desarrollan todas las piezas dentales, en particular los molares, que sirven para triturar los alimentos, pasarlos a la garganta sin dificultad, y luego al estómago, explica el otorrinolaringólogo José Luis Treviño.

"Lo que encuentran a su paso se lo llevan a la boca, porque van pasando las etapas psicológicas -sobre todo la oral, en los primeros meses de vida- cuando están conociendo objetos y cosas e introduciéndolos a orificios naturales, en particular la boca, nariz y oídos", agrega el también jefe del Centro Universitario de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello del Hospital Universitario.

Entre más pequeño sea el bebé, tratará de llevarse los objetos a la boca. Más grande buscará introducirlos a la nariz o a los oídos, aunque es menos grave, debe ser atendido de inmediato por un otorrinolaringólogo, para extraerlos, advierte el especialista.

"Un escenario real y frecuente es cuando la mamá está preparando la comida, y lo que se le caiga al piso, como frijoles, maíz, lentejas o trozos de zanahoria, el niño se los lleva a la boca, intenta triturarlos sin resultados y se los pasa a la garganta enteros o semidestruidos, y de ahí pueden suceder varias cosas.

"Si el objeto pasa al esófago es menos peligroso y, generalmente, el niño no se asfixia, pero al quedar atrapado en la laringe o tráquea puede suceder lo contrario, se vuelve una verdadera urgencia, a menos que logre expulsarlo inmediatamente".

Otro de los objetos favoritos son las monedas, que frecuentemente se alojan en la porción superior del esófago, con síntomas como dolor, pérdida del apetito y babeo.

Si el cuerpo extraño se aloja en la laringe o tráquea, el pequeño inicia con un periodo de asfixia (se pone morado, no respira y tiene suelto el cuerpo). Entonces se debe recurrir a la maniobra de Heimlish, que consiste en generar presión en el tórax para que el aire que está dentro de los pulmones lo expulse.

¿Cuándo no debe practicarse? Si ya pasó el periodo de asfixia, y el menor permanece con pocos síntomas, se recomienda trasladarlo al hospital...

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