Lo que la luz esconde: Marcela Camacho

AutorKarla Garduño

El fin justifica los medios. El arte de vanguardia persigue la concretización de conceptos bien definidos, y los medios de que se valga para eso pueden ser infinitos e igualmente divertidos.

Un escáner posee entonces virtudes potenciales para desarrollar una idea, para crearla ahí mismo o para multiplicar las posibilidades de una lente fotográfica. Así lo percibe Marcela Camacho.

Sus inquietudes por la fotografía la llevaron al arte digital y descubrió que romper un huevo sobre el vidrio de un escáner y trabajar la imagen producida en la computadora, le ofrecía una enorme gama de formas para llegar a decir eso que ella precisamente buscaba.

Impresas en papel fotográfico, sus imágenes resultan tan inquietantes como contundentes; tan sugerentes como mágicas. Cuando uno conoce lo que hay detrás de ellas, la sensación es todavía más sorprendente.

Marcela supo decir la paranoia con un jitomate y sus propias manos sobre el escáner, y hablar de los demonios internos con su rostro copiado con un rayo de luz y trabajado con Photoshop, al punto de crear una imagen aterradora.

"Es muy divertido y a mí me parece muy interesante", señala la actual becaria del FONCA. "Es una nueva técnica, como lo es pintar o cualquier otra cosa, lo importante es el concepto. Si trabajas con un buen concepto y lo manipulas no importa el medio. Yo creo que es tan válida la pintura como la instalación, el arte gráfico, el arte digital... lo importante es que esté bien planteado el concepto y que tenga un proceso lógico".

Diseñadora industrial: la joven artista se siente atraída por las formas de los objetos y sobre todo los elementos naturales, como pueden ser las verduras o las imágenes de un libro de ciencia, que resultan figuras ideales y manipulables para la expresión y el juego. Aunque también suele valerse de fotografías, que igualmente pasan por el escáner para adquirir otras posibilidades gráficas.

Tras 12 años en la fotografía, ésta ha pasado a ser otra cosa. Una misma imagen puede ser muchas cosas y el reto es mantenerse en el margen de un concepto para llegar a él y no perderse entre tantas opciones.

"No todo el tiempo trabajo con conceptos totalmente definidos; más bien voy y tomo un jitomate porque traigo la idea en la cabeza de hacer algo con él, y sigo trabajando la imagen hasta que al final llega a suceder alguna cosa mágica: de repente ya está una imagen construida", dice con la sonrisa que le da la sorpresa de su trabajo.

El aprovechamiento de la...

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