Manuel J. Jáuregui / Las frías cifras

AutorManuel J. Jáuregui

Los números en sí, amigos, están espeluznantes: en el 2010 Estados Unidos recaudó 2.1 millones de millones de dólares (unos 24 millones de millones de pesos), mas en ese mismo periodo gastó 3.5 millones de millones de dólares (alrededor de 40 millones de millones de pesos). En tan sólo los dos últimos años la deuda estadounidense se disparó en tres millones de millones de dólares (34 millones de millones de pesos).

Hasta el buen Venancio puede distinguir que este ritmo, esta tendencia, este esquema, resultan totalmente insostenibles.

Desde el punto de vista económico y social este déficit resulta una aberración, una distorsión enorme que acarreará funestas consecuencias no sólo para la economía estadounidense, ¡sino para la nuestra también de no arreglarse!

Lo peor de todo es que mientras el Gobierno de Obama gasta lo que no tiene en guerritas y en un esquema de "estímulos" económicos que ha fracasado porque no ha creado empleos, sino meramente ha permitido (vía el TARP) que los ya de por sí ricos banqueros se hagan más ricos, la gran clase media estadounidense sufre los estragos de un altísimo índice de desocupación y una economía estancada que crece lentamente, pero que no expande la planta laboral.

¿Dónde están los grandes programas de obra pública que prometió el Sr. Obama? ¿Dónde quedaron los planes de apoyar a los insolventes a sacudirse el oneroso cargo de hipotecas impagables que los han postrado en la ruina (el HASP)?

De los 75 mil millones de dólares de un fondo anunciado en febrero del 2009 por el gobierno de Obama para "rescatar" a los propietarios de casa abrumados por las hipotecas, sólo se han otorgado 247 millones de dólares de ayuda.

El mismo Departamento del Tesoro considera "anémica" la cifra distribuida por el "Plan de Estabilización y Accesibilidad de Vivienda" (en inglés Homeowners Affordability & Stability Plan).

Mientras el pueblo sufre, los políticos riñen (¡dónde hemos oído esto antes!) y no se ponen de acuerdo para aprobar un paquete presupuestal que reduzca el déficit, que frene el insostenible gasto público, y que le ponga un nuevo tope a la deuda pública de EU.

Ello, sin parar en seco al de por sí magro desempeño de la economía estadounidense cuyo enfriamiento, reconoció...

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