Entrevista / Graciela Margarita de la Vega Michel / Hizo girar trompo mágico

AutorPedro Mellado

Con el respaldo de tres Gobernadores y el apoyo de tres secretarios de Educación, consolidó para Jalisco uno de los museos interactivos infantiles más modernos del continente, que el pasado 30 de abril celebró 10 años, en los cuales ha recibido más de 3 millones de visitantes.

Aunque dejó la dirección de ese proyecto el pasado 15 de abril, llevó al Trompo Mágico Museo Interactivo a ser considerado uno de los más reconocidos de América Latina, con respecto a la educación y museografía para niños.

Fue pionera de la educación personalizada en Jalisco y varias generaciones pasaron por sus manos a través de Papalote, Taller de Expresión Infantil, que en los años 70 pretendió rescatar a los niños de la enajenante influencia de la televisión.

Considera que a pesar de la enorme influencia que tienen actualmente las nuevas tecnologías, no sustituyen la imaginación y el talento de los niños.

También fue significativa su influencia en la radiodifusión orientada hacia el público infantil con su programa "El Niño de la Metrópoli", plataforma que le permitió ganar en 1989 el Premio Nacional de la Cámara de la Industria de Radio y Televisión, en la categoría de Radio Teatro para Niños.

Graciela Margarita de la Vega Michel es egresada de Ciencias de la Comunicación del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), generación 1972-1979, hija de Luis de la Vega Rodríguez y de Graciela Michel Álvarez. Tiene dos hijos: Marianeli y Pablo.

Muy niñera

¿Qué determinó que usted siempre haya trabajado con niños o para niños?

Creo que es algo que tiene que ver con la vocación. Además me conecta con una de las épocas más felices de mi vida. Viví entre muchos hermanos, primos y vecinos. Me tocó vivir una época en la que los padres todavía podían cerrar una calle para que jugaran sus hijos. Vivíamos entonces en la Colonia Providencia. Desde la ventana de mi casa se veían las vacas. Cuando llegamos a Providencia, hace como 50 años, éramos como dos vecinos por cuadra. Vivíamos cerca del Club Chivas. Nos fuimos a vivir ahí porque mi padre es Chiva, de corazón rayado, todos somos seguidores de las Chivas.

Cuando estábamos chiquillos íbamos al rancho y ordeñábamos las vacas, por eso, en la sala Maroma, del Trompo Mágico, incluimos una granjita, porque nos dimos cuenta que los niños urbanos creen que el jamón, la leche y el queso se compran en el supermercado, no saben de dónde vienen, no conocen las gallinas, los pavos.

Desde que estábamos niños yo siempre cuidé a mis primos, les hacía obras de teatro...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR