Las máscaras del Alias

AutorDenis Rodríguez

Para los criminales, el alias es una máscara más. La careta perfecta de su intimidad.

"Generalmente es para subrayar algún aspecto de su personalidad o para ocultarla", dice Emma Mendoza Bremauntz, doctora en Derecho, catedrática de la UNAM y del Instituto Nacional de Ciencias Penales.

"Prefieren utilizar un alias para no identificarse plenamente o para subrayar lo que consideran que es importante en esa persona: que si es muy feo, que si es muy macho", explica la criminóloga.

Escudo de protección

Rafael Hernández Leyva es el asesino serial más recordado en Jalisco. Su nombre de pila no dice mucho; también se ha hecho llamar indistintamente Francisco Hernández López, José Jesús Parra Parra y Francisco Javier López García.

Es su alias el que genera el terror: él es "Pancho López", el mismo que confesó haber dado muerte a más de 100 personas en el País.

El sobrenombre es un segundo bautizo, que paulatinamente hace olvidar al primero. ¿Capricho? No. Todo es en función de la seguridad personal, indica Mendoza Bremauntz.

"En la delincuencia organizada de segundo nivel, de inframundo, es más protegido conocerse por el apodo que por el nombre, pues es una manera de protegerse, entonces usan el apodo como un nombre para aislar", aclara.

"Los que usan alias de alguna manera se ocultan", añade la experta, "esconden algunos aspectos de su personalidad verdadera ante el grupo, y son un poco tímidos, y son cobardes, o lo que quisieran ser".

Cuestión de identidad

El alias no sólo oculta la personalidad de quien lo porta; también resalta sus destrezas, asevera Mendoza Bremauntz.

"Un alias es como 'El Mochadedos', o como 'Chucho El Roto', que era 'El Roto' porque era catrín para su época.

"Son una característica que ellos usan, porque en la banda en que ellos se mueven lo utilizan para hacerse notar o para hacer notar una de sus cualidades, que son muy valientes, o que son muy hábiles, cosas que se identifican con alguna de sus características de personalidad, o lo que ellos quisieran tener", puntualiza.

El apodo es, ante todo, una cuestión de identidad, aunque no es una constante entre todos los delincuentes.

"Como se manejan y se organizan las redes de delincuencia organizada, no tienen que conocerse bien entre sí, no tienen que tener mucha relación entre sí", menciona Mendoza Bremauntz, "entonces usan los apodos, para identificarse".

Los alias acompañan desde muy temprano a quienes los ostentan, expresa.

"El alias viene desde que son chicos, chavos que...

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