La menor importancia / Ansiedad

AutorJosé Israel Carranza

Tras el anuncio de que el Premio Nobel de Literatura fue concedido a Kazuo Ishiguro, el universo de los lectores, como pasa todos los años, se pudo dividir en dos bandos: el de quienes podían afirmar que ya lo habían leído y el de los que todavía no. (Hay, desde luego, un tercer bando, seguramente el más sensato y para el que más valdría ir tramitando la inscripción: el de los lectores que no se interesan en el asunto y siguen en lo suyo, desentendidos de los revuelos irrisorios que la literatura adquiere en estas ocasiones). Ishiguro es un autor cuya fama irradia desde la literatura inglesa, que es la más visible del mundo, y su difusión corre por cuenta de editoriales poderosas, amén de que el cine ha potenciado esa notoriedad al haberse adaptado algunas novelas suyas -la más conocida, claro, la del mayordomo atenazado por su sentido del deber hacia su patrón filonazi y por un amor reprimido-: de ahí que el primer bando pudiera ser grande, o al menos mayor de lo que habría resultado si el Nobel se lo hubiera llevado algún escritor más exótico o recóndito o irreconocible.

Yo debo contarme en el primer bando, aunque sólo por haber pasado por Los Restos del Día (la novela del mayordomo), hace ya tiempo. Leí luego otra de Ishiguro, pero me habrá parecido tan mala -aburrida, insustancial- que no...

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