La menor importancia / '¡Es nuclear!'

AutorJosé Israel Carranza

Poco después de la explosión en Beirut, un noticiero televisivo local tuvo a bien comunicarse con alguien que diera luz sobre lo ocurrido. Lo malo es que nomás les dio para llamar a alguien que no sólo no estaba en el Líbano (estaba en Guadalajara), sino que únicamente les pareció acreditado por su origen libanés. Afirmaba, el improvisado «experto», que había sido un ataque israelí a un barco cargado con armas de Hezbolá, atracado en el puerto de Beirut...

Esos disparates me recordaron el célebre reporte que hizo Érica Vexler para el noticiero de Jacobo Zabludovsky, desde Tel Aviv, la noche en que comenzó la primera guerra del Golfo Pérsico, en 1991: «¡Es nuclear, Jacobo, es nuclear!», gritaba. Con la diferencia, claro, de que al menos ella sí estaba en el lugar de los hechos.

Por otra parte, hace unos días muchos medios coincidieron en destacar, alarmadísimos, lo dicho por el director general de la Organización Mundial de la Salud acerca de que muy probablemente no habrá cura para el coronavirus. Parecía, claro, la peor declaración posible en estos tiempos de aflicción: ¡estamos fritos! Sólo que convendría pensar en todas las enfermedades para las que no hay cura: diabetes, cáncer, sida, ¡gripa! Así que, evidentemente, de lo que se trataba con esos titulares histéricos era de ganar atención, que es lo...

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