La menor importancia / Libertad vs. fe

AutorJosé Israel Carranza

Tras la publicación, la semana pasada, del desplegado en el que 650 firmantes demandaban al Presidente de la República que pare sus ataques reiterados contra la libertad de expresión, las previsibles reacciones hicieron, también previsiblemente, que se perdiera de vista el fondo de esa exigencia -que a mi modo de ver pudo haber estado mejor planteada, pero es lo que tenemos-.

Reacciones: por una parte, la sorna con que el destinatario del desplegado refrendó el desprecio que le merece toda crítica, venga de quien venga (y, si viene de quienes él considera sus adversarios, pues peor). Al decir que son los firmantes quienes tendrían que disculparse, dejó claro que no está dispuesto a adoptar una actitud respetuosa, ni mucho menos a dialogar nunca (ni con los firmantes ni con nadie: qué bien describe al Presidente la imagen de soledad palaciega que nuevamente ostentó la noche del Grito).

Era obvio que iba a contestar así, con la socarronería que hace rabiar a sus enemigos y gozar a sus partidarios. Por otro lado, la reacción que tuvo lugar en las redes sociales -eso que ahora damos por hecho que es la opinión pública, pero que en realidad está lejos de serlo: a la verdadera opinión pública lo que le urge es saber cuándo se va a acabar la pandemia y qué va a comer mañana-: una profusión incesante de...

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