La Menor Importancia / Cómo saberlo

AutorJosé Israel Carranza

Incursión repentina y fugaz al centro de la ciudad. Lo primero es ir preguntándose cómo se las arreglan quienes, por vivir o trabajar o estudiar ahí, no están en posición de realizar estas incursiones, pues se hallan inmersos en la agitación y el estrépito, a cambio de lo cual sí están en posición de protagonizar escapatorias, excursiones hacia cualquier punto más allá del cuadro formado, digamos, por las avenidas Jesús García y La Paz, al norte y al sur, y por Belisario Domínguez-Del Ejército y Enrique Díaz de León al oriente y al poniente. Digamos, porque además de que tal cuadro es imposible (Jesús García termina mucho antes de intentar siquiera encontrarse con Belisario, y La Paz no comienza en la del Ejército), el perímetro del centro es sólo una convención tan precaria y vaga como inestable, pues sus límites varían de acuerdo a la idea personalísima de cada quien que lo recorra: ¿Analco está incluido? ¿Y el Parque Alcalde y la Normal? ¿Y si a alguien le da la gana de ampliarlo hasta tocar Chapultepec, alguna esquina de la Moderna, el mercado de Santa Teresita, o si alguien más decide excluir al Santuario y meter, a cambio, la Avenida del Campesino? Pero en la incursión estábamos, y en la imposibilidad que muchos tienen de hacerla por hallarse siempre ahí. (Y mientras consideramos esa imposibilidad persiste la otra, la de determinar qué diablos es el centro: acaso haga falta reducirlo a unas cuantas manzanas, pero cómo decidir entonces si éstas habrían de contener la Quinceava -¿por qué le decimos así?- o las Nueve Esquinas, y a quién le importaría que sacáramos la Plaza Tapatía y nos quedáramos mejor...

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