Meridiano / Matrículas Consulares

AutorDavid Peñalfaro

Ni la misma Tatiana ha tenido tantos problemas con su marido, el Sr. Puente, como México con los Estados Unidos por cuestiones de igual manera relacionadas con los puentes, aunque estos sean los internacionales.

Y pensar que no hace mucho tiempo que se estaba intentando ponerle quesito y untarle crema a la "Whole Enchilada", pero ahora ni a frijoles agrios llegamos. Los problemas fronterizos y migratorios entre los dos países siguen avanzando.

El último "detallito" migratorio se refiere a las famosas matriculas consulares, o documentos que expiden en los Estados Unidos embajadas y consulados de varios países para tratar de identificar a sus nacionales.

Fueron justamente los bancos norteamericanos los que hace unos años empujaron en Washington esta idea de que los extranjeros que vivían en los Estados Unidos de "ilegales", se pudieran identificar y de esa manera acceder a los servicios financieros. Se trataba, en primer lugar, de captar básicamente al creciente mercado de los hispanos, básicamente los mexicanos.

Los bancos estadounidenses se encontraron un problema: Por un lado, un mercado de clientes creciente, con cada vez más poder adquisitivo, pero que no podían abrir ni una cuentita porque no tenían manera ni de sacar la licencia para manejar. Ese fue la génesis de las matrículas consulares. Se cree que ahora son más de un millón de matrículas consulares las que andan circulando por ahí. Con una matrícula consular no se puede entrar todavía a un edificio federal, pero la agencia de Transporte las acepta para subirse a un avión, y además son aceptadas actualmente en poco más de 80 bancos.

El Gobierno de Vicente Fox sigue empujando el Acuerdo Migratorio, mediante el cual se les daría un mejor trato, supuestamente, a los ilegales mexicanos en los Estados Unidos. No deja de ser curioso el hecho de que cuando están en México, los emigrantes potenciales son parte del problema y se les destina lo menos que se puede del presupuesto, mientras que cuando cruzan la frontera se convierten en harina de un costal más fino y ahora sí se les trata de "proteger". La ironía es que lo que no se pudo o no se quiso hacer en el propio país se demanda en el extranjero.

La matrícula consular puede funcionar en varios sentidos. En primer lugar le podría dar a México una idea precisa de cuántos son los ilegales que se encuentran viviendo en los Estados Unidos. No solo eso, sino que se tendría su dirección y sus datos. Es un censo que puede resultar valiosísimo...

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