Meten de 'todo' al reclusorio femenil

AutorRocío Fonseca y Emigdio García

Pese a que en el Centro de Readaptación Femenil se castiga el incumplimiento de leyes, ahí mismo se infringen las normas que lo constituyen, tanto que adentro es posible conseguir casi cualquier tipo de droga, observar cómo algunas internas viven con lujos y gozan de privilegios.

Los artículos 14, 32, 40, 42, 47, 51, 74, 78, 107, 108 y 131 son infringidos por las internas y personal del reclusorio, según fue constatado por una reportera de MURAL.

Estos señalan los aspectos generales, de disciplina, del personal, del servicio médico, de la comunicación y de la guardería.

Prohíben las distinciones, los lujos, los privilegios, la posesión y venta de estupefacientes, las gratificaciones al personal, la venta de artículos prohibidos y señalan el número de internas que deben compartir una celda así como también los aspectos generales de convivencia en el centro.

Dicho de propia voz de algunas internas, en las celdas, que están diseñadas para ser unitarias y trinarias, llegan a vivir entre ocho y 10 personas. El hacinamiento es cuestión del día a día.

En esta institución, las féminas que tienen "influencias" son las que viven de mejor manera, tal es el caso de la encargada del taller de costura.

Quien, de acuerdo con las internas, es la que manda en la cárcel y goza de las mayores concesiones.

Para dar un ejemplo, cuentan que el día de su cumpleaños entra un mariachi y hay fiesta en grande, porque la señora (de la que no proporcionaron nombre) soborna a los empleados del plantel y supuestamente se reporta con la directora.

Entre otros beneficios que pueden obtener las internas -claro, las que le llegan al precio a las custodias o a los encargados- se cuentan la telefonía celular, las joyas: collares, anillos, aretes, pulseras y cadenas de oro y ropa como chamarras, tacones y botas.

En el centro también están recluidas mujeres adictas a estupefacientes que, por supuesto, no son privadas de su vicio, ya que adentro es posible conseguir la droga que prefieran.

El proceso es sencillo, los dormitorios C y D son la clave, ahí se localizan las distribuidoras de hierba, piedras de coca o crack, cristal, anfetaminas o pingas.

Para conseguirlas hay que demostrar que no se delatará a las vendedoras, pero si se desea obtenerlos de manera más rápida, se puede hacer un trato con alguna de las internas que tenga la confianza de las vendedoras, darle el dinero -con una propina- y ella traerá lo solicitado.

Todo está a la vista, pero nadie habla de ello, es un...

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