Miguel de Icaza / Su tarea: Hacer Linux más fácil

AutorJose Eseverri

Toda revolución tiene sus íconos. Y el movimiento de software libre ha encontrado uno en Miguel de Icaza, pero no un héroe ni un mártir.

A sus 32 años, el hacker mexicano sigue promoviendo a Linux como alternativa a la "tiranía" del software propietario con la misma pasión de cuando era estudiante en la UNAM, sin importar que hoy ocupe un lugar clave en la estrategia de una corporación global.

Miguel de Icaza encarna como nadie la evolución que ha sufrido Linux en una década, de ser poco más que el juguete de un puñado de programadores idealistas que intercambiaban código salpicado de opiniones políticas en internet, hasta convertirse en una seria amenaza al dominio de Microsoft.

Como actual vicepresidente de plataformas de desarrollo en Novell, ha sido señalado por radicales del movimiento por ceder a los encantos del mundo corporativo, pero De Icaza tiene otra revolución en mente.

En entrevista con INTERFASE, el programador sugiere que Linux ha tomado por asalto a los grandes capitales en las tecnologías de información, obligando a las corporaciones a actuar contra sus instintos y tomar una mayor responsabilidad social.

La historia de Miguel va de la mano con la de Linux, desde que un estudiante finlandés, Linus Torvalds, hizo público el kernel o corazón del sistema operativo en 1991 y Richard Stallman, desde el MIT, le diera protección legal al acuñar la licencia GPL (Licencia Pública General) que permite que el código pueda ser libremente distribuido.

En el pasado, sin embargo, se necesitaba un considerable conocimiento de cómputo para configurar y utilizar Linux, por lo que sus usuarios caían bajo la etiqueta de "hacker" o "geek".

De Icaza se dio cuenta que si Linux iba a ser relevante tendría que parecerse a sistemas operativos con interfaz gráfica, como Windows o MacOS, para ser atractivo al usuario común, lo que dio origen al ambiente "GNOME".

Reconociendo que la ventaja no siempre la tienen los más fuertes sino los que son capaces de adaptarse a su entorno, Miguel ha inyectado a Linux un instinto de supervivencia del cual carecía.

Ese sentido evolutivo se ve reflejado en los proyectos que ha encabezado, desde GNOME y su primera compañía Helix Code (código hélice) hasta la curiosa obsesión por nombres de primates (Bonobo, Ximian) cuyo último eslabón es Mono, una plataforma abierta de desarrollo similar al ambiente .NET de Microsoft.

Si Mono tiene el éxito que el programador espera, el abismo de aplicaciones que separa a Linux de las...

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