El milagro de ver más allá

AutorKarla Garduño

A sus 15 años, Erandini ha logrado integrarse a escuelas normales a pesar de su ceguera, y prácticamente lleva una vida normal gracias a los materiales a los que ha tenido acceso y al apoyo de sus padres, María Luisa y Alberto.

Pero no conformes con luchar por la superación de su propia hija, el matrimonio Cárdenas Rivera extendió sus esfuerzos para ayudar a otros invidentes y débiles visuales a integrarse a la sociedad, a aprender a sobrevivir, desde abrocharse las cintas de los zapatos, hasta prepararse una comida y obtener un trabajo acorde a sus intereses.

A partir de un viaje a Europa, en búsqueda de una operación para Erandini, y de un diálogo con el Gobierno del Distrito Federal, donde radican desde hace pocos años, los tapatíos consiguieron que la Organización Nacional de Ciegos de España, ONCE, estableciera un convenio de apoyo para fundar el Centro de Atención para Débiles Visuales.

La ONCE acordó aportar la misma cantidad que el Gobierno invirtiera en infraestructura, en material didáctico y de uso para los invidentes.

"Yo sabía que ya se había perdido la conexión a nivel nacional, y con el nuevo Gobierno pensamos que nos podrían apoyar", explicó Rivera, quien trabaja como coordinadora de Educación Especial para Invidentes del Distrito Federal y es la madre de Erandini.

"Fuimos para allá con una carta de él y nos conectamos con el director, Benjamín Vaca, y le dijimos nuestra inquietud".

La ONCE había retirado el apoyo que otorgaba a México, platican Rivera y Cárdenas, porque se dieron cuenta que los materiales que mandaban para diversos centros, que además no existían realmente, eran comercializados.

Sin embargo, Vaca y la organización confiaron en la propuesta del matrimonio y en la decisión de Cárdenas de construir el centro en la Ciudad de México, y regresaron el apoyo otorgado.

"Lo que se pretende es que el centro se convierta en un puente para ayudar a estas personas a que se integren a la vida educativa o laboral", dijo Rivera.

"Vivimos un momento en nuestro país en que se busca que la educación sea más bien integral, que los alumnos con discapacidad puedan integrarse a la escuela regular".

Erandini asistió a primarias regulares, con niños que contaban con todas sus capacidades y que aprendieron a convivir con ella, aunque no niega que algunos maestros se empeñaban en exigirle lo que su discapacidad no le permitía hacer.

Ahora ha entrado a una secundaria también regular, pues el primer año lo cursó en una para invidentes...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR