MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Murió en Monterrey mi amigo Roberto "Babi" Herrera.

Él no lo supo, pero desde antes de nacer le puso Dios sobre los hombros una preciosa cruz: la música. Quien la lleva consigo sufre y goza al mismo tiempo. Es un bello arte la música, pero es también una dura profesión.

Yo quise desde siempre al "Babi" Herrera. Pianista joven él, niño yo todavía, me acompañó a cantar "Rayito de sol" en el Club de los Madrugadores de la XEDE, en Saltillo, donde los niños cantábamos o recitábamos antes de ir a la escuela. Años después, cada vez que entraba yo con mi novia al merendero que los hermanos Mena pusieron en Arteaga, el "Babi" interrumpía siempre la pieza que en ese momento estaba interpretando, y...

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