MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

El padre Queiroz, sacerdote lisbonense, llegó a las Islas Kai a finales del siglo XVI.

Se proponía evangelizar a la tribu Pau-ana, un grupo de isleños que vivían una existencia primitiva alejada lo mismo del evangelio que de la civilización.

Enseñó el buen padre Queiroz a los nativos que era pecado grande comer con delectación los frutos de la tierra: eso era gula. Les enseñó que era pecado hacer el amor en la playa a la puesta del sol: lujuria era eso. Les enseñó que era pecado tenderse en las hamacas y mecerse al tiempo que cantaban a media voz las antiguas canciones de la tribu: eso era pereza. Por último les dijo que el que incurriera en tales abominaciones iría a quemarse eternamente en el fuego del...

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