MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Llegó sin ningún aviso y me dijo de buenas a primeras:

-Soy la veleta, para servir a usted.

Le respondí que me daba gusto conocerla, y quise saber en qué podía serle yo de utilidad.

-La gente -se quejó- dice de mí que soy muy veleidosa. Eso no es cierto. El viento es el veleidoso. Yo me limito a señalar sus veleidades. Con eso cumplo mi deber.

Entendí su argumento, y supe que tenía la razón. Le pregunté:

-¿Puedo hacer algo por usted?

-Sí -replicó ella-. Cuando escriba, no ponga: "Veleidoso como una veleta". Diga...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR