MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que uno de sus hijos tuvo un accidente grave, dio un sorbo a su martini -con dos aceitunas como siempre- y continuó:

-La religión es como los medicamentos: debe tomarse en dosis adecuadas. La demasiada religión conduce al fanatismo, y pocos hombres hay tan molestos -y a veces también de tanto riesgo- como un fanático religioso. El que se siente amigo personal de Dios tiende en ocasiones a volverse enemigo de su prójimo.

Siguió diciendo Jean Cusset:

-La supuesta cercanía con el Señor suele traer consigo la soberbia, que es el mayor de todos los pecados. Un...

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