MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que oyó a Mahalia Jackson cantar el himno Amazing grace, dio un nuevo sorbo a su martini, con dos aceitunas como siempre, y prosiguió:

-Siento una gran admiración por quienes profesan la religión del ateísmo. Son fuertes; se valen por sí mismos; van al abismo sin asidero alguno. Los creyentes, en cambio, necesitamos alguien a quien gritarle en medio de la oscuridad y a quien darle las gracias en los momentos de la luz.

Siguió diciendo Jean Cusset:

-Por otro motivo admiro a los ateos: no buscan hacer prosélitos. Mientras las religiones van hasta el fin del mundo en busca de clientela los ateos se quedan en su casa quietecitos. Y...

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