Mueren por una visita

AutorTania Casillas

En el Panteón Guadalajara, los mismos muertos piden que los visiten, según Máximo Veloz Puga y Luis Alfredo Páramo Martínez, trabajadores del camposanto.

Luis Alfredo tiene 62 años y 32 de ellos trabajando como "aguador" en el panteón. Una vez, cuenta, una señora ya entrada en años le pidió que limpiara un bastón que parecía de oro; también un pedazo de pasto junto a una tumba.

"La persona ya antigua con un velo (...), me dijo que le limpiara, que venía de lejos", recuerda.

"Antes me dijo que traía 5 pesos para el camión. ¿Qué le cobraba? le dije: 'no. Así está bien, no me debe nada, ya me pagaron, el de arriba me paga'. Era una persona ya mayor toda de negro. Cuando regresé ya no estaba y le di vueltas a todo el cuadro. No es posible que una señora de esa edad camine tan rápido", .

Para Luis Alfredo es importante recordar que las personas a quienes les gustó la limpieza y el orden mientras estaban vivas, piden lo mismo cuando están muertas.

Considera que la gente se tiene que "dar a querer" para que, una vez fallecidos puedan recibir visitas en su tumba; sin embargo, le ha tocado presenciar varios funerales donde solo acuden dos o tres personas, incluso se ha acercado para apoyar.

"No tenemos problemas con nadie, ni con los vivos ni con los muertitos", enfatiza.

Máximo también ha tenido experiencias similares; una vez se le...

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