La música como cura

AutorRebeca Pérez Vega

La personalidad de Nina Simone fue compleja. Su voz prodigiosa la convirtió en una de las intérpretes más destacadas en la escena del jazz y del soul, pero fuera del escenario tuvo una vida intensa, entre episodios de ira y constantes altibajos. Fue diagnosticada con trastorno bipolar casi al final de su vida.

La cantante murió el 21 de abril del 2003, a sus 70 años, pero su legado musical sigue presente.

El 26 de abril se realizará el concierto "Feeling Good. Tributo a Nina Simone", en el que se interpretarán los temas que marcaron su carrera, pero también se hablará sobre las enfermedades mentales con la conferencia previa "Tristeza y Ansiedad: Dos Máscaras del Amor", con el terapeuta Eduardo Greco.

El propósito de este evento, organizado por la cantante y promotora del jazz, Sara Valenzuela, a beneficio de la asociación civil Humanamente Voz Pro Salud Mental Jalisco, es abrir la conversación sobre las enfermedades mentales, que todavía se manejan entre sombras, describe.

Y es que una de cada cuatro personas tiene algún tipo de síntoma de una enfermedad mental. Este tipo de patologías provocan pena entre quienes la padecen, por eso son silenciosas: apenas 25 por ciento recibe algún tipo de tratamiento, completa Sara Valenzuela López, directora de Humanamente.

En el mundo del arte ocurre algo similar. Un amplio porcentaje de artistas suele tener comportamientos inestables, algún tipo de desorden y una sensibilidad más aguda que se transforma en...

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