Myriam Vachez / ¡Cuánto penar por el euro!

AutorMyriam Vachez

Cuando un Gobierno toma medidas de austeridad para tratar de evitar la recesión y la quiebra, la población sale furiosa a la calle, los sindicatos incitan a la huelga general, las manifestaciones se suceden unas a otras, algunas sumamente violentas, y todo es fustigar al Gobierno, pedir renuncias, incendiar lo incendiable y saquear lo saqueable para mostrar claramente el descontento, la rabia, siendo que, por lo menos hoy, en esta crisis, es evidente que la gente no debería tener que pagar por la irresponsabilidad de unos cuantos.

Pero sucede que los Gobiernos, o por lo menos algunos Gobiernos, y sobre todo algunos funcionarios de esos Gobiernos, sufren tanto como la población por las medidas de austeridad que deben tomar.

El domingo pasado, cuando el Gabinete de Mario Monti explicaba el paquete de drásticas medidas que se tomarán para tratar de evitar que Italia se derrumbe como Grecia, la Ministro de Asuntos Sociales no pudo terminar de explicar las modificaciones previstas para el sistema del retiro: a la hora de decir que se debía pedir a los italianos "un sacrificio", fue incapaz de contener las lágrimas. Unas lágrimas muy dignas, muy reales, producto obviamente de una verdadera tristeza y angustia y, por tanto, sin duda alguna, aún más angustiantes para quienes la escuchaban, para quienes de manera tan injusta, deberán sacrificarse.

El régimen anticrisis de Italia es draconiano; golpea a la gente tan duramente como lo haría en cualquier país europeo actual, donde las poblaciones están acostumbradas a vivir en estados de bienestar, con grandes prestaciones sociales. Pero que, en adelante, la pensión de retiro se calcule en base al salario promedio de los años laborados (que, además, deberán aumentar) y ya no con base al último salario percibido, es una medida que sacaría a cualquier sindicato del mundo a la calle de inmediato.

En fin, toda una serie de medidas, unas muy lógicas, como el impuesto a los bienes de lujo y la caza sin piedad de la evasión fiscal, y otras sumamente impopulares, como la posibilidad de incrementar en dos puntos un IVA -que de por sí es de 21 por ciento-, pero suponemos que Mario Monti debe saber lo que hace. Después de todo, ya lo comentábamos, es un hombre extremadamente capaz y serio. De hecho, anunció que, dada la magnitud y la dureza del esfuerzo que le pedía a sus conciudadanos para salvar Italia...

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