Myriam Vachez Plagnol/ El Papa y los judíos

AutorMyriam Vachez Plagnol

A mis amigos judíos

El Papa Juan Pablo II sigue llevando a su Iglesia por el camino del arrepentimiento, de la enmienda del pasado, del acercamiento entre judaísmo y cristianismo, y de la construcción de un porvenir fundado en la comprensión y el respeto. Este camino lo emprendió de forma espectacular en 1986 al ser el primer Papa en entrar a la sinagoga de Roma y a los campos de Auschwitz, Matthausen y Madjanek. Después del reconocimiento del Estado de Israel por el Vaticano, 45 años después de su fundación oficial (recordamos la visita de Paulo VI en 1964 que no pronunció una sola vez la palabra "Israel"); después de la publicación del documento "Reflexión sobre la Shoa" en 1998 -juzgado insuficiente por la comunidad judía porque no subrayaba cómo el antijudaísmo cristiano engendró el antisemitismo-; y después, finalmente, del Mea Culpa del Papa, pronunciado el 12 de marzo pasado, que implica no sólo un claro arrepentimiento, sino el que se asumen a cabalidad todas las culpas de la Iglesia católica hacia los judíos, el camino emprendido llega el día de hoy a un momento decisivo con el arribo de Juan Pablo II a Israel.

Esta visita ha despertado un sinfín de expectativas, de reacciones -la mayoría positivas- en Israel. Todos, autoridades civiles y religiosas, insisten en que el viaje del Papa a Tierra Santa es solamente de orden espiritual; sin embargo, ha resultado imposible despolitizarlo. Baste decir que, según los responsables de la Policía y el Ejército encargados de la seguridad del Papa durante su estancia, ésta es la operación más compleja que se haya tenido que organizar desde la fundación del Estado. Si bien la mayoría de la población se reparte entre el entusiasmo o la espera prudente, admitiendo que, con esta visita, más que el reconocimiento político de su Estado, prevalece el reconocimiento religioso del pueblo judío, algunos, los ultraortodoxos, aunque son minoría, han hecho mucho ruido: ¿cómo que los helicópteros que transportan al Papa y a su séquito van a volar el sábado 25, turbando la paz del shabbat?, ¿cómo que -¡colmo del sacrilegio!- 28 mil soldados y policías van a trabajar ese sábado? El Gobierno cedió en el primer punto, reduciendo al mínimo el número de helicópteros, pero en el segundo fue intransigente: las exigencias de los judíos ultraortodoxos no pesaron ante las exigencias de la seguridad, casi segunda religión del país. El hecho es que los detalles de protocolo que tienen pesadas implicaciones políticas han...

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