Nacho Coronel: legado de sangre

AutorMural / Staff

La violencia que azota al Estado es un problema que las mismas autoridades dejaron crecer. Sexenio tras sexenio. Y así, poco a poco, los homicidios, desapariciones y "levantones" fueron transformándose en un asunto de todos los días.

Cuando Nacho Coronel estaba al frente del crimen en Jalisco se decía que todo estaba "controlado". ¿Qué tanto se modificó el esquema criminal desde que el capo del Cártel de Sinaloa murió? Aquí un breve panorama.

LA MUERTE

El 29 de julio de 2010, las Fuerzas Especiales del Ejército desplegaron un operativo en Colinas de San Javier. Desde dos días antes tenían ubicado a Coronel, pero actuaron hasta ese jueves a las 13:00 horas. Cerca de 120 elementos de la Sedena rodearon la casa de Paseo de los Parques. El capo, de 56 años, murió al enfrentarse con los militares.

NARCOGUERRAS

Óscar Orlando Nava, "El Lobo", Valencia fue detenido el 28 de octubre de 2009, y su hermano Juan, "El Tigre", cayó en mayo de 2010. Con ello el Cártel del Milenio quedó acéfalo y dos bandos surgieron: La Resistencia y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).

La muerte de Nacho Coronel les dio la justificación perfecta para iniciar en el Estado una guerra cruenta.

El 2011 cerró con mil 222 averiguaciones previas por homicidios dolosos y trajo los primeros dos narcobloqueos en la Entidad; 2012 siguió con la misma tendencia hasta que el CJNG venció a sus enemigos.

A las autoridades les gusta decir que su trabajo de prevención es el que lleva a "estabilizar" o "contener" la cifra de asesinatos. Lo cierto es que las narcopugnas son las que llevan la batuta.

Mientras el CJNG estableció su imperio y extendió sus tentáculos a lo largo de casi todo el País, los homicidios en Jalisco bajaron... hasta que tuvieron enfrente a otro enemigo.

En 2017 hubo una escisión en el CJNG: Carlos Enrique Sánchez Martínez, "El Cholo", formó el Cártel Nueva Plaza, con el apoyo del Cártel de Sinaloa, y desde entonces los cadáveres se apilan de nuevo en el Semefo, en las calles, en las fosas.

UNA BALA FINAL

Nacho Coronel mantenía un perfil bajo y le pedía a sus subordinados que no hubiera confrontaciones gratuitas. Mucho menos con las autoridades. Y eso lo sabían todos.

"Había la consigna de no molestarlo, como manejaba un perfil bajo ni te brincaba su actitud ni parecía delincuente, entonces, cuando le tocaba que revisaran a su gente, pues él nomás hacía la llamada y desde la corporación le decían (al policía), sabes qué, déjalo ir y no preguntes, y ya", relató...

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