Jorge Narro Monroy / Impuestos, pero transparentes

AutorJorge Narro Monroy

Yo no soy economista, y por ello no escribo sobre finanzas y negocios. Pero soy consumidor de bienes y servicios, y contribuyente cautivo. Es decir: no puedo emitir una opinión autorizada respecto de la reforma fiscal en curso, pero sí un comentario como ciudadano y consumidor (es decir: como beneficiario o víctima).

No soy, repito, economista, pero tengo colegas que sí lo son (y muy buenos). Algunos compartieron conmigo su primera y provisional lectura sobre la iniciativa enviada por Peña Nieto al Congreso. Ellos le ven (y yo también) como positivo:

Primero: la pensión universal y el seguro de desempleo. Crece la proporción de ancianos entre la población y de ésta, 60 por ciento no tiene seguridad social, de modo que una pensión universal, aunque sea de un salario mínimo, es indispensable. Acierto adicional es el desvincular el seguro social del trabajo formal y asociarlo a la ciudadanía, como sucede en otros países.

Segundo (lo propiamente fiscal, es decir, lo relativo a los impuestos): el rechazo al IVA en alimentos y medicinas; el gravar las ganancias obtenidas en la Bolsa de Valores; la eliminación del régimen de "consolidación fiscal" (si un grupo tiene varias empresas se le permite deducir las pérdidas de algunas contra las utilidades de las otras, con lo que los consorcios pueden crear empresas "diseñadas" expresamente para perder. Esto, además, les permite diferir el pago de impuestos, a pesar de tener utilidades millonarias); el aumento del Impuesto Sobre la Renta (ISR) a los que tienen ingresos mayores a 500 mil pesos anuales; los estímulos a los empresarios y trabajadores, para pasar de la economía informal (que no paga impuestos y sí recibe servicios públicos) a la formal; un nuevo trato fiscal para Pemex (que le permitiría, en el mediano y largo plazo, recuperar su capacidad de inversión).

A mí, en lo personal, la propuesta del Ejecutivo no me beneficia. Pasaré de entregar a Hacienda 30 por ciento de mi salario a entregar 32 por ciento.

Tendré que pagar IVA por la renta de la casa que actualmente habito. Y también (quizás) estarán gravadas las colegiaturas de mis hijos. Tengo dos perras y ahora sus alimentos me costarán 16 por ciento más. Por si fuera poco, se...

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