Para esta Navidad

AutorGerardo Rodríguez

-El carro de bomberos, eso quiero -dijo el niño antes de acostarse en el catre manchado con sus orines.

El hombre encendió un cigarrillo y miró las luces del pino, el maltrecho árbol que esa noche había llevado a la casa después de cortarlo -furtivamente- en un parque público.

-No te preocupes como si fueras su papá -sugirió la mujer en voz baja y luego cubrió con una manta al pequeño.

-Es bueno que los chamacos tengan deseos -consideró el hombre-. De grandes se acaban...

onsumió el cigarrillo junto a la puerta, la mirada en las estrellas.

Al rato vuelvo -dijo a modo de despedida.

ajó del cerro por la única vereda que cruzaba el caserío. Buscó las tiendas del centro de la ciudad, aquellas que permanecían abiertas hasta la medianoche. Apoyado contra la cortina metálica de una boutique, observó a la gente en las compras navideñas. Esperó, entre bostezos, la aparición de un carro de bomberos. Ya tarde, cuando las tiendas comenzaban a apagar sus marquesinas, vio el juguete en los brazos de un pelirrojo. Lo siguió un par de calles hasta donde había aparcado su auto y lo detuvo antes de que lo abordara.

¡Dame el carro! -exigió.

l pelirrojo le ofreció las llaves del auto.

¡Ese no, pen...! -corrigió y le arrebató el juguete.

e alejó con prisa, pero algo le hizo volver junto al pelirrojo, aún paralizado por la sorpresa.

a frente a él, le escupió a la cara y volvió a...

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