Un negocio redondo

AutorValeria Huérfano

Debido a que es un material que puede ser reciclado varias veces, el cobre se vuelve un botín para los ladrones, pues tras hurtarlo, lo venden en las chatarreras, donde se funde y empieza, otra vez, su ciclo.

Para este "negocio", consideró Araceli Trujillo, los asaltantes no requieren de inversión y saben que lo van a comercializar fácilmente.

"Sirve (el cobre) para hacer muchas aleaciones y tiene múltiples aplicaciones, principalmente se debe a que es un metal que se puede reciclar muchísimas veces, es muy factible el robo, que no cuesta absolutamente nada y lo venden. Es un negocio en el que no invierten nada, entonces, es muy buen negocio", expresó Trujillo.

"(El robo) se da porque el consumo excesivo hace que se escasee el material, en cuestiones de obtener el producto de origen en minerías, cada vez es más escaso, por lo que ahora lo que se hace es el proceso del reciclado del cobre existente y es en los materiales eléctricos donde existe el cobre más puro".

La mayoría de las veces no hay quien se dé cuenta del saqueo de este material, hasta que sufren las consecuencias. Algunos de los ladrones usan camionetas con poleas, cortan el cable en los extremos y jalan el cobre; los que tienen menos presupuesto, lo hacen con un triciclo.

Los ladrones acuden a las chatarreras, ubicadas en colonias populares e industriales de la Ciudad, que pagan entre 90 y 100 pesos por este material, dependiendo de la pureza del mismo.

Estos negocios, con aspecto descuidado y que al final sólo tienen la función de almacenar las piezas que les llevan, no se...

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