Di no a la violencia

AutorDaniel Santiago

En la casa o en la escuela, hay que ponerle freno a la violencia, pero primero hay que saber identificarla.

Un broma que hiere, una patada o una amenaza son, en menor o mayor grado, muestras de agresividad de las que un niño puede ser víctima por parte de sus hermanos, primos, amigos o compañeros.

Para eso es el violentómetro, una regla diseñada por el Programa Institucional de Gestión con Perspectiva de Género del Instituto Politécnico Nacional, que permite a los pequeños ubicar situaciones de violencia de las que es víctima, pero que también puede cometer sin siquiera darse cuenta.

Centímetro a centímetro, conforme aumenta el número de centímetros también crece la gravedad de la acción, que puede ser física, psicológica y sexual. La medición va desde una broma pesada o humillante hasta un tocamiento en el cuerpo sin consentimiento.

En el nivel más bajo, por ejemplo (y no por ello menos importante), están los actos como el hacer sentir menos a otra persona, burlarse de ella, poner apodos, ignorar, excluir, gritar e insultar.

A los estudiantes les sirve conocer esta primera fase no sólo para identificar que están siendo violentos, sino también como una llamada de atención.

"Ese tipo de agresividad se intensificará si no se identifica y frena a tiempo" es la...

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