Nubla mal tiempo entrega

AutorBenito Jiménez

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ACAPULCO.- "Aquí no hemos llegado, no hay visibilidad", determina el coronel del Estado Mayor de la Novena Región Militar, uno de los mandos castrenses encargados de coordinar los vuelos de apoyo a damnificados por la tormenta "Manuel".

De frente tiene un monitor donde se visualizan las bitácoras, horarios y el pronóstico del tiempo.

Hasta ahora, a siete días de que el fenómeno impactó a Guerrero, el principal dilema para entregar las despensas, es el clima.

El centro de operaciones se encuentra bajo una palapa de la Base Aérea Militar Número 7, la cual luce abarrotada de despensas.

La montaña es un punto ciego.

"Los cerros se los tragan la nubes, es imposible por tierra y aire", comentó el mando militar durante la reunión bajo la palapa.

Tan solo ayer el Escuadrón 102 realizó 17 vuelos a la Costa Grande y uno por tierra, para trasladar 4 mil 269 despensas, de las más de 10 mil que se encuentran en esta base militar y que continúan llegando.

Los vuelos se realizaron entre las 10:00 y las 13:00 horas, para evitar la nubosidad.

La ayuda es coordinada por el Ejército y las despensas fueron enviadas a las comunidades de La Pintada, La Tuna, San Jerónimo, Cerro Prieto, Piloncillo y el Zapote, entre otras.

Durante los traslados aéreos, el Ejército llevó kits de limpieza y comestibles con el apoyo de helicópteros de la Marina y empresas como Heliservicios, enviados por Pemex para atender la contingencia.

A la par, el General Genaro Fausto Lozano, comandante de la Novena Región Militar, ordenó el uso de cinco helicópteros para realizar un diagnóstico de otras 37 comunidades de la Costa Grande, donde se levantó un censo de sus necesidades.

Si el tiempo lo permite, hoy se aplicará el mismo método para la Costa Chica y luego, para para la Montaña, Centro y

Tierra Caliente.

El capitán Alfredo Díaz, de la empresa Heliservicios, asegura que los riesgos para acudir a La Montaña y zonas de Tierra Caliente, son altos.

"Sólo aquí (en Pie de la Cuesta) estamos a tres millas de Acapulco y no se ve nada", ejemplificó el piloto al mediodía.

Al capitán, quien tiene más de seis mil horas de vuelo, le desespera más el clima, que el cansancio.

"Lo que queremos es llevar las despensas. En Pemex estamos acostumbrados, llevamos de manera constante personal a las plataformas desde las mañanas hasta la tarde que regresan a sus hoteles. El ritmo de trabajo es pesado, estamos siempre listos, pero el mal tiempo no lo permite", expuso.

"Como aviación comercial...

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