Opinión Invitada / Alberto Villanueva: Fantasma legal

AutorOpinión Invitada

Para describir lo que es un fantasma se utilizan algunas expresiones como imaginario, ficticio, inconcebible, novelesco, asombroso, intimidante o algo que es inexistente.

Quizá sin proponérselo, el derecho de hoy tiene un poco de todo lo anterior, atribuido por la misma sociedad a conveniencia, pues cuando quiere se le percibe, pero luego no se le ve por ningún lugar, a veces se siente su ausencia y se le extraña. Se le descubre, se desempolva y desenmascara, se le muestra y exterioriza tomándosele por insignia, y así tan fugaz como llegó, desaparece. Y muchas veces queda la sensación de que se escapó de entre las manos cuando más se le necesitaba.

Al derecho se le ha querido convertir una y otra vez en un espectro o en algo fantasioso, que sólo está en la mente de los abogados o de los alucinados. Y por ello se le desecha y minimiza, porque muchos quisieran que no existiera ni estorbara.

Sin embargo, aunque su presencia pueda parecer a veces imperceptible, es permanente y no se le puede ignorar porque siempre hay efectos y consecuencias.

Es necesario comparar otros contextos de la vida para entender por qué el derecho no se puede manipular a capricho.

Por sentido común, a nadie se le ocurriría que a falta de gasolina, poner agua en el tanque de combustible al automóvil; meter la mano al fuego en la estufa de la cocina; usar la ropa interior por encima de un...

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