Opinión Invitada / Claudia G. Salas: Una fecha para reflexionar

AutorOpinión Invitada

Cada 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se reconoce que las mujeres mexicanas hemos recorrido un largo camino para vencer obstáculos y en donde, sin duda, hay resultados concretos. Hemos incrementado de manera sustantiva nuestra participación en el mercado laboral; contamos con mejores programas para ejercer nuestros derechos sociales y seguimos avanzando en el acceso a puestos decisorios. Hoy, el Estado mexicano cuenta con un marco jurídico que sustenta la Política Nacional de Igualdad de la cual será necesario evaluar su cumplimiento.

No obstante, también esta fecha evidencia a los gobiernos del mundo que tristemente siguen simulando trabajar a favor del progreso de las mujeres; es frecuente encontrar desdén en la generación de políticas públicas o acciones de gobierno que limitan o desatienden las obligaciones derivadas de los tratados internacionales en materia de derechos de las mujeres, lo cual restringe la necesidad constitucional de promover, respetar, proteger y garantizarlos.

Nuestras autoridades no pueden permitir que siga existiendo el matrimonio infantil, precoz y forzado, tampoco que sigan pariendo mil 240 niñas a diario, que mueran al día 7 mujeres víctimas de feminicidio, que 7 de cada 10 mujeres padezcan violencia, 9 de cada 10 mujeres hayan vivido al menos un episodio de hostigamiento y acoso sexual en su vida, que sigamos siendo el país donde traficar y vender a una mujer o una niña tenga impunidad total y por eso seamos el segundo a nivel mundial. Mientras estas cifras sean el referente de nuestro país, esta fecha nos recordará que falta mucho por hacer.

Asimismo y ante un panorama adverso por la situación migratoria de cientos de miles de mujeres connacionales que radican en Estados Unidos y que viven el riesgo permanente de deportación, es importante fortalecer las políticas para disminuir el impacto económico del que puedan ser objeto, ampliando en México las oportunidades para el acceso a un empleo equitativamente remunerado y con prestaciones sociales, así como a oportunidades de capacitación, de financiamiento y educativas.

En cuanto al trabajo en las instituciones públicas y privadas, es necesario erradicar prácticas discriminatorias que limitan el avance de las mujeres en sus fuentes de trabajo.

El acceso a una justicia libre de...

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