Opinión Invitada / Mario Arroyo: Sinrazones del ateísmo

AutorOpinión Invitada

Busco señalar algunas incongruencias que he encontrado en las apologías del ateísmo. Asistimos actualmente al surgimiento del llamado "nuevo ateísmo", que aunque filosóficamente parece un tanto trasnochado, mediáticamente se presenta como la última novedad, y tiene el atractivo de lo esnob, de ser contracorriente o contracultural. Las insuficiencias de este "nuevo" ateísmo, supuestamente de raigambre científica, son prácticamente las mismas que las del positivismo del siglo 19, o el neopositivismo de la primera mitad del 20; es decir, sus autores se han dado a la tarea de resucitar un muerto, filosóficamente hablando, pero como sus principales promotores provienen del ámbito científico o periodístico, quizá, en el mejor de los casos, no se han dado cuenta de su ignorancia.

En el marco de las redes sociales ese nuevo ateísmo busca abrirse camino utilizando "memes" y argumentos bastante sencillos, capaces de confundir a un chico de 15 años, pero que no resisten una seria crítica intelectual. Quizá el error más evidente y frecuente provenga de lo que podríamos llamar "relativismo religioso". Simplificando su argumento podríamos decir: "como hay muchas religiones y todas pretenden ser la verdadera, en realidad todas son falsas". Se trata de un argumento cultural: "cada quien tiene la religión propia de su cultura", "así como hablamos un idioma y pertenecemos al país en que nacimos, usualmente practicamos la religión del entorno en que vivimos". Así formulado parece convincente y lógico, ¿cuáles serían los puntos flacos de esta argumentación?

El primero sería metodológico. Mezcla, no se sabe si por ignorancia o alevosamente, dos preguntas diferentes: ¿existe Dios? Y ¿cuál es la verdadera religión? Al entremezclar los argumentos que responden a las dos preguntas, confunden y empantanan la cuestión. En rigor, primero debo sentar las razones por las que juzgo que Dios no existe, y únicamente cuando haya resuelto esta cuestión, puedo dar paso a la segunda, o sencillamente, decir que no tiene lugar. En efecto, si Dios no existe, no viene a cuento ninguna argumentación sobre cual religión es la verdadera, pues resultaría evidente que todas son falsas. Como no pueden responder en forma definitiva a la primera cuestión, prefieren confundir involucrando argumentaciones propias de la...

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