Opinión Invitada / Salvador Alva: Confianza y talento

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Toda sociedad aspira a tener mejores niveles de bienestar y menor pobreza, por lo que la pregunta es ¿por qué muy pocos países lo han logrado? ¿Por qué no aprendemos de ellos? ¿Por qué seguimos ensayando y perdiendo el tiempo?

De Boston a Shenzhen, de Bilbao a Singapur, de Berlín a Sidney, vemos regiones que compaginan crecimiento, innovación tecnológica, bienestar y equidad a un ritmo deslumbrante. Mientras tanto, en los últimos 25 años México pasó de ser la economía No. 9 a la 15 en tamaño; cayó hasta la posición 71 en los indicadores de ingreso por habitante y hoy somos una de las 25 más desiguales según el índice de Gini. Nadie nos va a esperar a que pongamos la casa en orden y decidamos cómo y a qué velocidad queremos transitar nuestro tiempo y remontar la prosperidad.

Por eso, y dado lo difícil que está resultando ponernos de acuerdo en lo general, tenemos que encontrar con urgencia los factores mínimos indispensables para detonar nuestro progreso. Si se analizan los modelos de desarrollo que han llevado a regiones y países a avanzar en lo económico y en lo social, uno encuentra procesos muy diversos. Pero hay dos factores que destacan como común denominador.

Primero, está el crear una sociedad del conocimiento que logre atraer, retener y desarrollar el mejor talento. Los 15 países con mayor bienestar económico por habitante también están entre los primeros lugares en temas de desarrollo humano. La correlación es altísima. Por ello, el objetivo primordial de México, si queremos elevar el bienestar con equidad, debería ser mejorar rápidamente nuestra posición en desarrollo humano, hoy en un triste No. 74, a través de una educación de calidad privilegiando el mérito sin distingo del nivel de ingreso.

El segundo elemento es generar un ambiente de confianza para atraer ese talento e inversiones. Algunas de las empresas más valiosas del planeta fueron creadas por emprendedores muy jóvenes, empresas que hoy tienen un valor económico que se acerca al equivalente de la economía de México. No nos confundamos, los países más exitosos entienden que la confianza, el talento y la meritocracia son los motores de la nueva economía y de mayor bienestar. Así de simple.

Pero ¿cómo generar estos elementos fundamentales para una transformación positiva? El reto es enorme, pero no sólo para los líderes de los gobiernos, sino para la sociedad completa. En un mundo en cambio...

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