De oreja a oreja

AutorClaudia Cuevas

ENVIADA

CHETUMAL.- Su sonrisa lo dijo todo.

Sofía Ocegueda llevaba cuatro años esperando el momento de competir en su primera Olimpiada Nacional, pero, aunque su nivel era el óptimo para hacerlo, su edad no y tuvo que aguantar.

"Desde el 2016 llevo clasificando a ON y me decían 'no puedes ir por la edad', cosas así y pues yo estuve muy emocionada cuando me dijeron que ésta sí podía y le agradezco a mis papás porque siempre me han apoyado en esto", dijo la luchadora de 13 años.

Pero la espera no hizo más que aumentar su deseo de ganar y en el tatami demostró que tenía todo para hacerlo. Desde su primer combate en la clasificación hasta la Final, que ganó 8-4, Sofía dio gala de su técnica y la pasión que tiene por su deporte.

"La Final de verdad estaba muy nerviosa. Estaba literalmente llorando antes de luchar, pero pues en sí fue disfrutar y saber todo lo que trabajé todo el año", agregó.

Al recibir presea dorada, Sofía fue la persona más feliz del auditorio. Con una gran sonrisa, alzó las manos en señal de triunfo, como no se había visto celebrar a ningún ganador en lo que va de las luchas asociadas en Chetumal, Quintana Roo.

La felicidad fue más grande para Ocegueda porque estuvo cerca de perderse la justa nacional, debido a que su mamá tuvo un accidente automovilístico, pero se recuperó, por lo que Sofía pudo asistir y la medalla fue dedicada a ella, a sus entrenadores y a su mejor amiga Melanie Jiménez.

"A mi familia, ahorita mi mamá está en el hospital y por poco no vengo, pero siempre me apoyó. También mis entrenadores me han dado hospedaje y todo lo que necesito, dinero y también a mi mejor amiga, Melanie, que...

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