Un orgullo real

Texto y foto: Homero Fernández

OLOMOUC, Moravia.- Olomouc fue durante varios siglos uno de los núcleos más importantes del antiguo Reino de Bohemia, y ese esplendor lo conserva todavía en sus calles, en sus edificios públicos, iglesias y museos. Después de Praga, ostenta la mayor reserva del pasado histórico y cultural del país. Los íconos no paran de aparecer en esta ciudad de poco más de 100 mil habitantes, marcada por primera vez por el mismo general Julio César en el mapa del Imperio Romano, en el 57 A.C., como un puesto militar estratégico.

Las torres de la Catedral de San Wenceslao, una de ellas la segunda más alta del país, dominan orgullosamente el skyline de la ciudad, resguardando campanas de más de ocho toneladas.

Junto a ella, el Museo del Arzobispado atesora reliquias del pasado monárquico austro-húngaro y una colección permanente de arte sacro. Junto a una de sus entradas, una placa de hierro certifica la presencia, en 1767, de Wolfgang Amadeus Mozart.

Había llegado desde Viena, con su familia, huyendo de una epidemia. La corta estancia y un sarampión no le impidieron al prodigio de 11 años componer allí la Sinfonía No.6 en Fa Mayor.

El núcleo histórico de Olomouc se concentra en la plaza del Ayuntamiento donde se levantó la Columna de la Santísima Trinidad, una obra barroca de 32 metros de altura, reconocida por la UNESCO, que reúne esculturas de santos y relieves religiosos asentados sobre una pequeña capilla.

Enfrente mismo se erige, desde hace más de seis centurias, el edificio del Ayuntamiento. En principio fue una estructura de madera que sucumbió a un gran incendio y se regeneró con otros materiales a partir de 1420. Tanta vida lo fue nutriendo de variados estilos y elementos arquitectónicos. Sus interiores conservan importantes testimonios de la historia local.

Una de las joyas del edificio es el reloj astronómico de la fachada, que la acompaña desde el siglo 15, un hito de la horología junto a los de Praga y Salzburgo. Inicialmente decorado con figuras de la cosmogonía cristiana cambió por la iconografía...

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