Osos polares al alcance

AutorGermán Nava

MURAL

¿Quieres sentir en carne propia la naturaleza más extrema? ¿Deseas huir del turismo en masa? ¿Te gustaría observar en su hábitat a una de las especies animales más fascinantes del planeta? ¿Quieres ver lo más cerca posible a un oso polar?

Manitoba, una de las 10 provincias y tres territorios de Canadá, localizada en el centro del país, ofrece un espectáculo que comienza en octubre y se extiende por una corta temporada hasta noviembre.

La experiencia inicia en Winnipeg, la capital, ubicada aproximadamente a una hora en avión de la ciudad estadounidense de Minneapolis, a dos horas de Chicago o a dos horas y media de Denver.

De ahí serás trasladado a Churchill, a donde sólo se puede llegar vía aérea o en tren (dos horas 45 minutos o 36 horas, respectivamente) para llegar a la Bahía de Hudson, donde los osos, moles blancas que pueden llegar a pesar hasta 800 kilos, esperan a que el agua se congele para poder moverse sobre el hielo y cazar su alimento favorito: las focas.

La escena es tan primitiva como fascinante. La presencia del hombre es mínima. La temperatura máxima en esta época rara vez sube los cero grados centígrados. El blanco del paisaje se vuelve infinito y se convierte en el escenario de uno de los hechos naturales más impactantes.

A pesar de su tierno aspecto, los osos son animales depredadores que no pierden la oportunidad ante algún descuido humano... pueden volverse peligrosos y por ello su contemplación debe hacerse bajo todas las medidas de seguridad, en este caso, a bordo de un "Tundra Buggy", un hotel-vehículo climatizado lo suficientemente alto como para evitar un ataque y desde donde se puede apreciar con comodidad lo que sucede...

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